lunes, 16 de mayo de 2011

Visión global de los periodos de la Historia de Chile.

Chile actual es la obra de sucesivas generaciones que tuvieron que superar las más diversas contingencias, algunas muy difíciles. En el caso de Almagro y sus compañeros, por ejemplo, dudaron que Chile les pudiera brindar el bienestar que les ofrecía el Perú, abandonando el territorio a pocos meses de haber llegado. Valdivia, en cambio, pensó que no existía un mejor lugar para vivir, iniciando el proceso de urbanización y del asentamiento hispano en el país.
            La colonización española en Chile coexistió con la Guerra de Arauco, de ahí que en la sociedad se haya desarrollado un marcado espíritu castrense. Desde mediados del siglo XVII, en cambio, la fase bélica de la Guerra de Arauco es reemplazada por una etapa de relaciones fronterizas que se manifiesta en el intercambio comercial y en la celebración de parlamentos, que permiten ratificar la paz alcanzada entre españoles y mapuches.
            En Chile Central, la coexistencia entre los colonizadores y la población autóctona se comenzó a dar tempranamente, acentuándose un proceso de mestizaje que contribuyó a la homogeneización social y cultural de la población. Tan es así, que las matrículas del último tercio del siglo XVIII dan cuenta que el 80% de la población era culturalmente española. A este proceso también contribuye la autorización para que los indios puedan avecindarse en las nuevas villas  fundadas a mediados del siglo XVIII, lo que no acontecía en las otras provincias de los dominios ultramarinos de España.
            La etapa de la Independencia (1808-1817), en la que desempeñan un importante papel personajes como Carrera y O”Higgins, constituye un período de formación y aprendizaje político dentro de un sistema representativo de gobierno.
A partir de 1830 se establece el Estado, cuando el resto de los países hispanoamericanos permanecían en la anarquía. Gracias al genio político de Portales se organiza una república aristocrática, coherente con la estructura social existente, de una clase dirigente de raíz agraria y una gran masa adherida a ella por vínculos paternalistas. El sistema de gobierno, consagrado en la Constitución de 1833, le otorgaba al Ejecutivo enorme poder, el Presidente era el jefe supremo de la nación. La guerra civil de 1891 pone fin a la hegemonía del Ejecutivo, al desplazar el poder al Congreso, y marca el inicio del sistema parlamentario de gobierno.
Durante el régimen parlamentario la aristocracia actúa sin el control del Ejecutivo. Además, la Constitución de 1833 ya no ofrecía el marco legal adecuado para el buen funcionamiento del parlamentarismo; de ahí que el nuevo sistema de gobierno haya sido incapaz de resolver la cuestión social que venía haciéndose presente en el país desde fines del siglo XIX, generándose un escepticismo respecto del futuro, actitud conocida como la crisis moral de Chile.
El gobierno de Arturo Alessandri y  el movimiento militar de 1924-25 contribuyen a la perdida de legitimidad  del sistema parlamentario, marcan el inicio de la crisis de la aristocracia como la clase dirigente, la instauración de la democracia y el restablecimiento del sistema presidencial de gobierno, consagrado por la Constitución de 1925.
La Constitución de 1925 comienza a aplicarse en plenitud a partir de 1932, con el segundo gobierno de Arturo Alessandri. Desde entonces el Estado adquiere gran protagonismo. Según la constitución, debería preocuparse del bien común y la educación se convierte en su atención preferente. También debe atender el fomento de la economía, tarea que comienza a desarrollar en plenitud con la creación de la CORFO en 1939.
A partir de entonces se establece un capitalismo estatal, encargándose la CORFO de fomentar la industrialización, otorgando asistencia técnica y capitales a la industria privada la que también se ve beneficiada con subvenciones y la fijación de aranceles por parte del Estado para protegerla de la competencia extranjera. Gracias a esa política se logró la industrialización del país, pero, al mismo tiempo, se crearon malos hábitos en el sector empresarial, que, al contar con un mercado cautivo, al que prácticamente no entraban productos extranjeros, se despreocuparon de la calidad de la producción y el precio de los productos no guardaba relación con esa misma calidad.
Desde 1973 la situación descrita se revierte completamente. El Estado pierde la importancia que tuvo desde la década de 1930 siendo reemplazado por los particulares, quienes desde entonces asumen el control de la marcha económica del país y participan plenamente en la labor educacional que, desde entonces, deja de ser una atención preferente del Estado. Lo anterior significa que ha nacido el Estado subsidiario, que sólo interviene en aquellas actividades que interesan a la comunidad y que los particulares no se interesan en desarrollar.

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